Hay días y días duros. Días en los que, al llegar a
casa, lo único que quieres es hacer un unplugged
memorable, dormir y que el día siguiente, por lo menos, sea algo mejor.
Yo sigo rebanándome los sesos en eso de las propuestas ocio-festivas de interés
que, por lo menos, os resulten atractivas de leer. Si algún día consigo que, en
mitad de una conversación digáis “Leí en un blog que este sitio está genial”,
avisadme que ya podré morir tranquila. Mientras eso no sucede: ¡ahí vamos!
Volviendo a lo de la desconexión… Sea por el motivo
que sea, todos tenemos días de estrés
máximo. Días en que los niños están hiperactivos, en que el jefe se vuelve un
ogro, en que las cosas se nos acumulan y solo queremos gritar.
Bien, no gritéis. Tampoco voy a engañaros con eso de que
debéis respirar y contar hasta 10… ¡bah! Vamos a algo más radical, matemos un
poquito ¿no?
Es una fantástica manera de liberar tensiones. Consiste
en enfundarse un chaleco electrónico con
luces de colores y una pistola igual de colorida que dispara rayos láser, hacer dos equipos y entrar
en un laberinto oscuro, con luces de neón, en el que lo único que verás serán
tus dientes fosforitos y chalecos iluminados corriendo sin parar.
El laberinto tiene sonidos, humo y un ambiente
bastante futurista. El objetivo es llegar a la base del equipo contrario, en algún
punto del laberinto, y disparar hasta conseguir la máxima puntuación. Por el
camino, mientras buscas la base, deberás ir con cuidado, esconderte para que no
te disparen y disparar si ves algún miembro del equipo contrario. ¡Subidón de adrenalina! La parte
positiva, a diferencia de juegos como el paint ball, es que, si te matan, tu
chaleco se desactiva durante tan solo 5 segundos. Pasados esos segundos ¡puedes
volver a la carga! ¡Banzaaaai!
Hay diversas modalidades de juego pero, normalmente,
cada partida dura unos 20 minutos –más que suficiente teniendo en cuenta que
acabas sudando como un pollo de correr arriba y abajo por el laberinto-. El
número de jugadores puede ser de hasta 20 personas repartidas en 2 o 4 equipos.
Lo mejor es que la edad mínima para jugar es de 7 años y los niños suelen
pasarlo genial.
Es perfecto para hacer una partidita con amigos
cualquier fin de semana, con los compañeros de trabajo al salir de la oficina o
¡con los ñiños cualquier día! Yo fui con los amigos del trabajo. Esta es
nuestra pinta.
En Barcelona hay dos sitios que organizan este tipo
de partidas, Play-Point
y Games
i Més. El precio es más que económico, 2 partidas de 20
minutos no valen más de 15€. Una buena,
divertida y barata manera de dejarse matar entre risas. ¡Probadlo!
Natàlia
Nosotros celebramos un cumpleaños infantil así y al final hicimos una partida niñ@s-padres. Es genial!!!
ResponderEliminarBesos Natalia.
Jajajaja...me encantan tus relatos! yo diré que un día leí en un blog lo de estas partidillas! Creo que lo había visto en alguna serie, pero no me preguntes cuál! Habrá que probarlo...¡Banzaaai!
ResponderEliminarBuena idea para liberar tensiones. Un beso
ResponderEliminarquins records!! Quam erem peques anavem a un tal Kuzar que hi havia a Balmes però no tenia ni idea que seguien existint locals d'aquest tipus, gràcies per avisar-nos!! I la reflexió... de 10!!
ResponderEliminarMe encantan este tipo de planes, seguro que lo pasásteis de fábula ^^
ResponderEliminarUn besazo!
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